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¿Somos capaces de auto-gobernarnos?
Auto-gobernarnos es someternos a nosotros mismos a lo que nuestra razón dice que es lo verdadero y lo bueno. Actuar así es actuar como seres dotados de inteligencia, de razón. Ser así es ser hombres. Llegar a tener una buena Constitución significa haber sido capaces de obedecer a nuestra razón cuando la pensábamos y escribíamos.
Hay un cierto nivel de depravación en el género humano que requiere cierta dosis de vigilancia y desconfianza; pero también existen, cualidades en la naturaleza del hombre que justifican cierto grado de estimación y confianza. El Federalista nos cuenta que los que escribieron esa Consitución lo hicieron creyendo en la capacidad de sus conciudadanos de auto-gobernarse.
Sin esas virtudes, solo las cadenas del despotismo pueden evitar el que los hombres se destruyan y devoren unos a otros.
La seguridad importa más que la libertad, cuando se piensa a largo plazo.
El Federalista, al argumentar a favor de la unión de los Estados, señalaba que, sin seguridad, habría tensiones, amenazas e invasiones entre los Estados vecinos, como ocurre en todas partes del mundo, y se sentiría la necesidad de tener ejércitos permanentes y poderes ejecutivos fuertes. ("Sus constituciones evolucionarían progresivamente hacia la monarquía").
La seguridad contra los peligros externos es el más poderoso impulsor de la conducta nacional y, pasando el tiempo, hasta el amor a la libertad acaba por ceder a sus dictados. La destrucción violenta de las vidas y propiedades inherente a la guerra, el esfuerzo continuo y la alarma que acompaña a un estado de constante peligro, obligarán a las naciones más apegadas a la libertad a buscar la seguridad y el descanso en instituciones que tienden a destruir sus derechos civiles y políticos. Para estar más seguras, acaban por estar dispuestas a correr el riesgo de ser menos libres.
El gran reto en el gobierno: combinar LIBERTAD con estabilidad y energía.
Entre las dificultades con que tropezó la convención constitucional, una de las más importantes consistía en combinar estabilidad y energía en el gobierno, con el respeto inviolable que se debe a la libertad y al sistema republicano.
LIBERTAD con energía.
La energía en el gobierno es un elemento esencial para la seguridad contra los peligros externos e internos, y para la pronta y saludable ejecución de las leyes.
LIBERTAD con estabilidad.
La estabilidad en el gobierno es esencial para la reputación del país y para tranquilidad y confianza en los ánimos del pueblo.
El genio de la libertad republicana parece exigir
que todo el poder proceda del pueblo, y que los que están a cargo de ese poder también estén bajo la dependencia del pueblo gracias la brevedad de sus períodos.
y que, inclusive durante esos breves términos, la confianza del pueblo descanse, no en pocas, sino en numerosas manos."
"Por el contrario,
la estabilidad necesita que las manos que ejercen el poder lo conserven durante cierto tiempo.
la energía del gobierno requiere, no sólo cierta duración, también que sea ejercido por una sola mano.
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