Te adoramos, Cristo.
Esta antífona de la liturgia del Viernes Santo tiene una larga y venerable historia como oración. Ya San Gregorio Magno (540-604) la recomendaba.
Adoramus te, Christe, Te adoramos, Cristo,
et benedicimus tibi; y te bendecimos;
quia per sanctam Crucem tuam porque por tu santa Cruz
redemisti mundi. redimiste al mundo.