Alma de Cristo
Aunque no conocemos quién fue el autor de esta tan frecuentada oración, sabemos que San Ignacio de Loyola (1491-1556) recurría mucho a ella y la recomendaba constantemente en sus Ejercicios Espirituales. A él debemos su gran difusión.
Anima Christi, sanctifica me. Alma de Cristo, santifícame.
Corpus Christi, salve me. Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sanguis Christi, inebria me. Sangre de Cristo, embriágame.
Aqua lateris Christi, lava me. Agua del costado de Cristo, lávame.
Passio Christi, conforta me. Pasión de Cristo, confórtame.
O bone Iesu, exaudi me. Oh, mi buen Jesús, óyeme.
Intra tua vulnera absconde me. Dentro de tus llagas, escóndeme.
Ne permittas me separari a te. No permitas que me aparte de Ti.
Ab hoste maligno defende me. Del maligno enemigo, defiéndeme.
In hora mortis meae voca me. En la hora de mi muerte, llámame.
Et iube me venire ad te, Y mándame ir a Ti,
ut cum Sanctis tuis laudem te para que con tus santos te alabe,
in saecula saeculorum. por los siglos de los siglos.
Amen. Amén