| La Señal de la Cruz | |
| Hacer sobre nosotros la señal de la Cruz es una costumbre cristiana que se remonta al siglo I de nuestra era. La Cruz es nuestra señal o símbolo del triunfo definitivo de Cristo. La señal de la Esperanza. Por eso, con frecuencia, hacemos esa señal sobre nosotros. Pero, cuando lo hacemos, no lo hacemos en nombre nuestro. ¿Qué fuerza tendría? Lo hacemos en nombre de la Trinidad misma, pidiéndole a Dios, Trino u Uno, que haga sobre nosotros su señal de la Cruz. Al signarnos decimos: | |
| In nomine Patris, | En el nombre del Padre, |
| et Filii, | y del Hijo, |
| et Spiritus Sancti. | y del Espíritu Santo. |
| Amen. | Amén. |
| Un pequeña variante es la que llamamos persignarnos y equivale a signarnos más veces: nos hacemos una Cruz en la frente, otra en la boca, otra en el pecho y, finalmente, una general igual a la de la primera forma. | |
| Per signum Crucis | Por la señal de la Cruz |
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de inimicis nostris libera nos, Deus noster. |
de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios Nuestro. |
| In nomine Patris, | En el nombre del Padre, |
| et Filii, | y del Hijo, |
| et Spiritus Sancti. | y del Espíritu Santo. |
| Amen. | Amén. |