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Conclusiones
En los años recientes, nuestro mundo ha vivido un suceso histórico extraordinario que pocos. sino ninguno, habían pronosticado: casi simultáneamente millones de personas en muchos países cambiaron el despotismo por la libertad. Esos pueblos demolieron un sistema que oprimió su humanidad y bloqueó su oportunidad de progresar y mejorar. En toda la historia de la libertad, nunca hubo un avance tan grande en tan breve período de tiempo.
Qué horrible tragedia sería si los gobiernos ahora establecidos devolvieran a estos pueblos la opresión de la que escaparon. No hablo en vano, pues he observado y escuchado a asesores norteamericanos que aconsejan la adopción de constituciones y leyes que podrían ocasionar tal terrible resultado.
Debería ahora estar claro que estas revoluciones fueron en contra de un sistema nocivo y no de manos gobernantes. Estos movimientos se propusieron minimizar el dominio del estado y maximizar la libertad de la gente. Aquellos que hoy abogan por establecer un amplio rol gubernamental en las economías de estas naciones no comprenden el significado de lo que ha ocurrido.
El gobierno debería ser lo suficientemente poderoso como para proteger al pueblo de enemigos nacionales y extranjeros y de peligros y excesos internos. Nunca debe ser lo suficientemente poderoso como para oprimir al pueblo o inhibir su sabiduría y su productividad. En palabras de la Corte Suprema de los Estados Unidos:
"Defender la libertad de acción individual comtemplada por la Constitución [de los Estados Unidos], no es acabar con el bien común sino exaltarlo; seguramente el bien de la sociedad en su conjunto no puede estar mejor servido que mediante la protección contra la restricción arbitraria de las libertades de sus miembros constitutivos."(86)
La gran lección de los tiempos modernos es la fuerte relación entre la liberad y el progreso. Maximizando la libertad, también se maximizan los recuros materiales, filosóficos y culturales de la nación.
Los principios de la libertad deberían guiar a las naciones y repúblicas emergentes en la elaboración de sus constituciones. Una constitución es el más importante documento legal para una nación que se suscribe al estado de derecho. En ella, una nación define la relación entre el pueblo y su gobierno. Al rechazar la tiranía, los pueblos de Europa Oriental y Central han recobrado y preservado los derechos de los que son titulares como seres humanos. Ahora deben asegurar constitucionalmente estos derechos para siempre.
(86) Adkins contra Hospital de Niños, 261 U.S. 525, 561 (1923).[Regresar]
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